Camilo José Cela

A mí me ganaba por


A mí me ganaba por la palabra, pero si hubiéramos acabado por llegar a las manos le juro a usted por mis muertos que lo mataba antes de que me tocase un pelo. Yo me quise enfriar porque me conocía la carácter y porque de hombre a hombre no está bien reñir con una escopeta en la mano cuando el otro no la tiene.

(...)Y no a los aventureros


(...)Y no a los aventureros foráneos, fascistas y marxistas, que se hartaron de matar españoles como conejos y a quienes nadie había dado vela en nuestro entierro.

-¡Felíz tú! Yo creo que


-¡Felíz tú! Yo creo que no hay tiempo para nada; yo creo que si el tiempo sobra es porque, como es tan poco, no sabemos que hacer con él.
Nati frunció graciosamente la nariz.
-¡Ay, Marco, hijo! ¡No empieces a colarme frases profundas!
Martín se rió.

Celestino se queda perplejo, sin


Celestino se queda perplejo, sin saber qué hacer. Piensa romperle un sifón en la cabeza, por fresco, pero se acuerda:

A siete años de un


A siete años de un suceso, el suceso ya es otro.